Monday, January 28, 2008

Discutir es salidable

Investigadores de la Escuela de Salud Pública y del Departamento de Psicología de la Universidad de Michigan difundieron los resultados preliminares de un estudio después de 17 años de seguimiento a 192 parejas según los cuales discutir con la pareja puede ser bueno para la salud, dado que las personas que reprimen lo que sienten mueren antes, mostró un nuevo estudio.

Los matrimonios estaban divididos según cuatro categorías: aquellos en los que las dos personas expresaban su enojo, aquellos en los que ninguno de los integrantes manifestaba su enfado, las parejas en las que la mujer reprimía sus sentimientos y aquellas en las que el varón se callaba.

"Diría que si no se expresan los sentimientos a la pareja y se le dice cuál es el inconveniente cuando uno se siente atacado injustamente, entonces se tienen problemas", dijo durante una entrevista Ernest Harburg, autor del estudio.
La investigación halló que quienes contenían su enfado eran dos veces más propensos a morir antes que aquellos que expresaban lo que les molestaba.

Hubo 13 muertes en el grupo de 26 parejas donde ambos compañeros reprimían sus emociones, comparadas con las 41 muertes registradas entre las 166 parejas restantes. "Cuando las parejas se unen, uno de sus principales trabajos es la reconciliación de conflictos", señaló Harburg.

Harburg manifestó que el resentimiento era el verdadero peligro y que reprimir el enfado conduce al resentimiento. El autor explicó que el resentimiento interactúa con las vulnerabilidades médicas que una persona puede tener, aumentando sus posibilidades de padecer un problema de salud.

"Es saludable reconocer que uno está siendo atacado injustamente e incluso es aún más sano hablar de ello y tratar de resolver el problema si uno pretende vivir más años", concluyó Harburg.

Saturday, January 19, 2008

Matrimonio y corazón

Tim Smith, profesor de la Universidad de Utah, tardó tres años en hallar consecuencias psicosomáticas en las rencillas matrimoniales. Desde 2002 a 2005 estudió a 150 parejas de entre 60 y 70 años en las que uno de los cónyuges era cinco años mayor o menor que el otro. Una vez finalizada la investigación, cada persona recibió una tomografía por computadora que determina el nivel de calcificación arterial, anomalía que puede causar un ataque cardíaco.

Frente a frente y en una sesión grabada se pidió que la pareja discutiera el tema más controvertido de su relación, como las finanzas matrimoniales, el cuidado de los niños, las vacaciones o los quehaceres hogareños, entre otros. En ese enfrentamiento de unos seis minutos se escucharon comentarios hostiles como: "a veces eres muy estúpido" o "eres negativa todo el tiempo". Una frase dominante fue "no quiero que hagas eso" o "tienes que hacer esto".

Según Smith, los comentarios pasivos fueron: "esa es una buena idea, hagámoslo". Otro no tan amistoso fue: "si para ti es importante, haré lo que digas". Y uno más agresivo: "haré lo que quieras si me dejas en paz".

Una vez analizados los datos y los exámenes tomográficos, los investigadores determinaron que cuanto más hostiles eran los comentarios de las mujeres mayor era la calcificación de sus arterias.

Los niveles más altos de calcificación fueron encontrados en "mujeres que tenían un comportamiento hostil en una relación con maridos que también eran hostiles", según Smith. Los hombres que tenían una actitud dominante o de control y cuyas esposas mostraban un comportamiento similar tenían más posibilidades que otros hombres de sufrir un endurecimiento grave de sus arterias.

Otra forma de decirlo es que ya sea por tratarse de una persona que busca controlar la situación, o que está casado con una persona con una actitud similar, "es suficiente para promover la arteriosclerosis en los hombres", aclara el investigador. "Por lo tanto, en las parejas en que no existe una lucha por el control, los hombres tienen un nivel menor de arteriosclerosis", afirmó Smith.

En suma, el científico determinó que la hostilidad en las peleas matrimoniales es mala para el corazón de las mujeres, en tanto que el comportamiento de control durante esos conflictos es muy malo para el músculo cardíaco masculino. "El nivel de dominio tanto del marido o de su cónyuge no está vinculado a la salud cardíaca de la mujer", aportó el investigador.

Por ello, el científico receta que si se busca cuidar la salud cardíaca de los hombres, hay que pedir a la pareja que resuelva sus conflictos sin tratar de ejercer control. Y si la preocupación es el corazón femenino, hay que encontrar las soluciones sin actitudes hostiles.

Hay muchas formas de proteger el corazón: no fumar, hacer ejercicios, comer de manera inteligente y también "prestar mucha atención a la relación conyugal", cerró el científico cuyo trabajo será presentado en la reunión anual de la Sociedad Psicosomática de Estados Unidos.